viernes, 16 de mayo de 2014

Almuerzo liviano-

Con ganas de correr, rápido.
Me siento liviana después de un almuerzo desbordado de moral.
El sol está brillando, intenso y el viento está tibio, me hiere los labios.
Hay muchos colores, me hacen sentir llena -devida-. Aunque cada mañana que me despierto no pienso en color, sólo ropa oscura, negra.
Por alguna razón -conocida- volví a lo mismo, hace tiempo no estaba aquí. Es un lugar conocido -más que-. Éstas sensaciones tan extrañas y confusas. La música, los días nublados, las manos heridas y heladas. Todo se convierte en un deja vù constante de cosas que han pasado y otras que no, es difícil.
Ahora me voy lo más lejos que puedo, lo más lejos de lo rutinario -que me aburre-. Fines de semana iguales, con la misma gente y la misma sensación con el copete -asesino-.