Pierdo la mirada en el enorme olivo que hay fuera de mi ventana, queriendo salir de un círculo de pensamientos y energía estancada. No puedo mover nada, ni siquiera mis ideas, no logro pensar en nada que me quite ésta sensación de muerte corporal. No logro despojarme de la oscuridad de mis cuatro paredes, prefiero dormir para esperar un mañana cálido y nuevo, ya murió lentamente para mí el día de hoy.
Sueño con aire, aguas musicales, paisaje anaranjado por el sol de atardecer. Siento tranquilidad, paz, seguridad y protección. Los rayos curan todo mal, me suspendo en la vibración de este momento único. Tu presencia se encuentra a mi lado, como siempre. Gracias a eso me pierdo viajando por dimensiones extrañas, ocultas, agujeros negros de tiempo. Tomas mi mano y traspasamos toda barrera e impedimento, fluyen nuestras esencias al ritmo de las vibraciones y colores maravillosos, llenos de amor eterno para nuestras almas sincronizadas. Me pierdo en tu mirada, pero no quiero despertar, no quiero dejar esta hermosa sensación que me causa el tener al universo dentro de mí.
Vuelvo, por la luminosidad de afuera supongo que pasaron horas mientras viajaba. La pérdida de sangre me debilita, el dolor me agota y nuevamente no comprendo nada. Ninguna señal tuya, perdí las ganas de volar hacia donde estabas. Esperaré al nuevo día que me espera mañana, quizás sienta más conexión entre mi raíz, mi mente, tu corazón y el universo infinito.