miércoles, 10 de junio de 2020

Sueño en vigilia

La blancura natural de los elementos en estado puro me inunda de una sensación nostálgica, melancólica. Cierta emotividad es removida por la simpleza de la existencia.
El borde espumoso que separa al mar de la orilla rocosa, suave, salado, purificador y extractor de cualquier turbiedad o intencionalidad fuera de contexto.
El manto de nieve esparcido entre las vetas de las majestuosas montañas, invitándome a viajar al interior de mis añoranzas, a lo más profundo de mis deseos de conexión con el todo.
El afán intrínseco de volver a todos aquellos lugares que me invadieron de libertad, de calma, de pensamiento trascendente, de existencia absoluta.

La necesidad de reconectar con el mundo, con el cauce del río, con la comunicación sub terra de plantas y árboles, con las corrientes de vientos viajeros, con la potencia acumulada de los cerros y sus minerales, con mi piel rozando la naturalidad de tu cuerpo desnudo, con mis pensamientos que florecen y brillan cuando te ubico en mi primer plano psíquico, con mi calor interno destinado a impulsarme hasta el infinito de mi esencia no carnal y junto con todo este encuentro interiorizar mi constante evolución, la cual ha logrado caminar y avanzar a pesar de la adversidad ambiental y mental con la que se  enfrenta en cada fracción de segundo lineal.

Llevo conmigo las sensaciones vividas en momentos pasados para apaciguar la energía de escape contenida en mi corazón. Puedo sentir la fría brisa que soplan las montañas de la cordillera rozando con mis mejillas y resecando el calor palpitante de mis labios. Puedo sentir el calor del fuego protector calentando a mi cuerpo, preparándolo para una noche gélida con el sonido fluido del agua de fondo. Puedo escuchar el cantar de los pájaros madrugadores que surge junto a los primeros indicios del sol. Son parte de mí, es mi tesoro interno, es mi refugio de paz, es la vida en todo su esplendor, la cual me recuerda las maravillas inmensas del porvenir.

La liberación de la aceptación, la calma de la autoresponsabilidad, la satisfacción de saberme merecedora de la constante abundancia. Soy el todo, el todo soy yo. Un grano de mí en ti, un grano de ti en mí.

lunes, 4 de mayo de 2020

Cual llave a su cerradura.

Es una noche romántica, con aires de amor. Estrellas brillantes sobre la inmensidad no cuantificable del techo que cubre nuestras cabezas, junto con una bruma de algodón que abraza tierna y tenue a la luz fría de la luna, la luna casi, a punto, en un par de días, completa en toda su expresión y potencial.
¿Cuántas lunas llenas habrán pasado por nosotros? 
¿Cuántos ciclos se habrán completado desde el inicio?
 (al inicio verdadero me refiero, porque al de esta vida no le atribuyo lógica ni realidad en el plano material racional occidental). 
El tiempo se convierte en charcos de miel, si de ti se trata. Se extiende inexplicablemente y se aleja de mi entendimiento. 
¿Un mes? imposible, por lo menos no en la trascendencia del sentir; para el alma no hay estructura ni límites dimensionales. 
Imposible sería, ya que la calidez de tu voz y la vibración de tus cuerdas se acoplan en mis profundidades como si ya conocieran todo mi circuito, como si supieran a la perfección cómo acariciar, moldear, apretar, excitar, agitar y calmar a mi corazón, quien se esfuerza y esmera en irradiar signos vitales posibles para mi biología humana.
El tiempo se modifica según dónde nos situamos
o con quién
o por qué.
Dónde, en tu abrazo tibio, fluido y tu presencia que desborda luces destellantes, encandilantes.
Con quién, contigo y todas tus vidas, posadas en tu regazo, admirando orgullosas al ser en el que se manifiestan.
Por qué, porque nuestras existencias no terrenales alcanzaron una armonía mutua y la historia (que va más allá de nuestra vida actual y mucho más lejos de la realidad que experimentamos) necesita desarrollarse con el reencuentro de nuestras manos, las cuales conocen la manera óptima de encajarse, cual llave a su cerradura.

miércoles, 15 de abril de 2020

En el centro, ahí es.

Aflorando pensamientos, construyendo realidades (...). Añorando aquel presente de emociones contrariadas. Atravesando grandes aguas. Espejando lo profundo... Autotransformación. 

Estoy o no
Soy o no
Ser, no ser, a la vez
¿Es un sueño colándose y confundiendo
a mi principio de realidad?
¿Es un brío interno invitándome,
guiándome,
hacia mi principio de placer?
¿O es una lucha momentánea?
¿O es exceso de mentalidad?
¿Será exceso de procesamiento interferido?
La sensación desaparece de mi piel
Tus manos se alejan,
el tacto se hace débil.
Tanta magia, tanta luz radiante
para nuestras existencias
humanas
mundanas
¿o trascendentales?
Te alejas, me alejo
¿o estamos más cerca que nunca?
viéndonos tanto desde la sombra
confusa,
como desde la luz,
segura,
el refuerzo necesario,
la calidez.
Nos desconocemos
¿o nos conocemos más que nunca?
Tu sensación vibra a metros de mí
Estoy velando tus sueños, tus pesares
cuidadosamente
cuando menos te lo imaginas.
Estoy protegiendo a tu alma
desde mis latidos más profundos
y fuertes.
Me pierdo del centro
mi centro
Me pierdo, todo se nubla
y enreda
y enmaraña
y me lleva al abismo
de mis inseguridades.
Necesario es volver
a mí
al centro
al calor
a la luz
a la conexión más cálida.
¿Estás ahí dentro?
¿aquí dentro?
¿allá, dentro
de ti mismo?
Vuelve al centro
nuestro
para volver
a
ser.



jueves, 2 de abril de 2020

¿Será?

Una quimera es poco comparado con la "realidad" que estoy viviendo ahora...¿será posible todo esto?

Mi pulso se acelera y la sangre se me agolpa en la cara, en el pecho y en la entrepierna...tres de mis siete chakras sumamente activados, irradiando energía y luz incandescente. Me devuelves a la raíz, enciendes mi corazón y elevas mi consciencia. Parecería increíble y lo es...mejor que el más vívido sueño que haya experimentado jamás. Es puro y es real, es potente e imposible de verbalizar, aunque quisiera.

De vez en cuando me asusta la rapidez con la que se desenvuelven los hechos de esta historia, pero también es lo inverosímil de su desarrollo lo que me indica que todo está ocurriendo como debe, en absoluta perfección y temporalidad. ¿Será que siempre fuiste tú? tan expansivo y claro...

Me sitúas en el espacio-tiempo terrenal para luego guiarme en un viaje dimensional de sentimientos incansables e intensos. Me tocas a la distancia, puedo sentir el calor de tus manos rozando mi piel erizada por tu fuerza, por tu presencia. ¿Será que nos conocemos de otras vidas? . Eso explicaría mi sensación de ya haber probado tu cuerpo, de sentir que ya conectamos nuestras almas en un acto de completa afección.

Sea o no una quimera, no quiero despertar jamás...y si he de despertar, espero que sea a tu lado, en nuestro refugio cálido de complicidad etérea.

martes, 31 de marzo de 2020

El tiempo es sólo un constructo

A la vuelta de la esquina puede estar aguardando lo que menos te esperas... Recuerdo esa frase de algún lugar,  probablemente nunca descubra su procedencia pero me resuena incansablemente, como una especie de mantra, como una alarma, casi como una advertencia, un presagio de aquello que se ve en el horizonte del porvenir aun inexistente.


Y así fue, a la vuelta de la esquina, a la vuelta de la realidad, al regreso de mi viaje terapéutico en la ciudad de la furia, me estabas esperando tú, casi imperceptible, silencioso, cubierto por el paso de los años y el tiempo lineal. Una sensación parecida a una cálida brisa primaveral entró por mi espalda en medio de una noche nublada y sin estrellas, un mensaje escrito en un código sin palabras llegó a mí sin explicación aparente... Todo me decía que debía recordarte, traerte aquí, pedirte que me recordaras de alguna forma posible y hacerte saber que mi energía vital seguía en este planeta, en esta ubicación, en este plano, en esta dimensión caótica. Las personas sólo mueren cuando se les olvida...pero yo nunca permití tu muerte en mi memora. Quizás fue eso- y algo más- lo que me hizo actuar de manera instintiva, primitiva, prístina.

Fuiste inmediato, como si supieras que todo esto es parte del mismo plan, de mi plan y del plan de ese "algo" que permite que este tipo de cosas sucedan en el momento correcto (el cual, en algunos casos, podría parecer el más inadecuado). Fue como si los años fueran sólo un concepto imaginario, fue como si aun siguiéramos congelados y estáticos frente al piano que sincronizó nuestras vibraciones para crear melodías compuestas en otras vidas, fue como si aún camináramos en esa complicidad silenciosa por los pasillos antiguos repletos de música instrumental variada y armoniosa.
Podrías pensar que no recuerdo y que la memoria es endeble y quebradiza, pero hasta yo me sorprendo de la fidelidad con la que fueron grabados todos los momentos (dichosos y oscuros) de esa época plagada de surrealismos. Y, es a partir de esta seguridad de reminiscencia que puedo casi rozar con mis dedos la sensación de calma que me entregó tu presencia tan inocente, casi como la de un niño que vive en su mundo onírico e interno. En ese periodo de mi vida me encontraba destrozada en mil pedazos e intentaba componer y pegar lo que fuese posible para asistir al compromiso que significaba sentarme en frente de las octavas, blancas y negras y mecanizar lo que mi mente recordara por un acto de inercia.

Nunca te lo dije pero las clases no cobraban sentido si no estaba tu presencia reservada dentro de la pequeña sala de dos pianos... no sentía tu apoyo -claramente inconsciente- cuando llegaba mi turno de enfrentarme a la incertidumbre de mis capacidades (las cuales nunca supe si tenía realmente).

También llega a mi memoria episódica otro momento absurdo(de los pocos que compartimos fuera del contexto "responsabilidades") que caló a fondo en mí y me enseñó el sentimiento de frustración que significa no poder expresar la sinceridad del sentimiento más profundo, más puro, más inocente. Descubrí qué se siente callar y contener por el "deber ser". Sólo te expondré un par de conceptos y palabras, ya que estoy casi segura de que no será necesario más para que puedas asociar en tu memoria dicho recuerdo... Escuela, fiesta, disfraces, noche, algo de alcohol, tus labios siendo correspondidos con otros, los cuales no eran los míos. Pierdo la oportunidad, pero presiento que de no haber sido por las circunstancias desafortunadas (o afortunadas, depende de la perspectiva), nuestras energías de silencio se hubieran unificado, por lo menos en ese efímero momento.

Pasa el tiempo y nuestros caminos se separan. El mío estuvo repleto de rocas y agujeros que me hirieron, que me hicieron caer y quedar atrapada en variadas ocasiones, pero que a la vez me enseñaron nuevas habilidades para aprender a esquivarlos. Claro, a pesar de todo, aquí estoy, aquí soy, así, en este momento presente. Puedo imaginar que tu camino tampoco fue fácil, pero también estás aquí (allá en realidad, a varios kilómetros lejos de mí), íntegro y fuerte, reconstruido y poderoso, lleno de vitalidad y luciendo esa sonrisa hermosa, luminosa, que te distingue y te hace sobresalir del resto (como todo tu ser).

Y aquí nos volvemos a encontrar, luego de casi diez años, los cuales pasaron por nuestro lado, por nuestras almas, por nuestras experiencias, por nuestros cuerpos, pero no por nuestra complicidad (la cual nunca supimos de manera consciente que teníamos, hasta ahora). En este momento presente todo logra ubicarse en un plano visual irreal, mágico, inimaginable, por lo que cada día me sorprendo más y me convenzo de que hay algún destino en esta dimensión que nos juntó en estas circunstancias tan únicas y particulares. Probablemente la vida nos alejó para volver a reencontrarnos con más intensidad...

Yo aún me encuentro en pedazos, pero nuevamente (y se repite la historia) tu presencia, simbólica en este caso, me devuelve la tranquilidad, me ubica los pies en la tierra y me envuelve en un halo emocional, casi como si flotara en las corrientes y las aguas de tus palabras certeras. Debo reconstruirme nuevamente, necesito volver a mi centro, sanar mis heridas; pero esta vez no me alejaré de tu energía simbiótica. Presiento, y los hechos lo pueden reafirmar, que algo inimaginable resultará de todo esto, si no ¿cómo lo explicarías?