El compartir segundos, minutos, horas, días, meses y estoy segura que años me conquista con emociones múltiples. No podría explicarme por qué nos miramos de esa forma, con ese brillo que estoy segura que reconoces perfectamente. No sabría cómo decirte ni menos explicarte la forma en la que estremeces mis sentidos, mi sentir, mi saber, mi conocer, mi interior solo conocido por ti con detalle.
Cada vez que miro tu cuerpo y tu alma trato de grabarme en la memoria física y mental cada parte, cada olor, cada sensación al tacto con precisión. Intento no perderme ni olvidar nada, necesito a esa imagen fantasmal en mi cama al momento de dormir y despertar, cuando siento frío o demasiado calor, cuando me aíslo en mis pensamientos y fantasías, cuando me invaden memorias y recuerdos, cuando me lamento temporalmente de mi situación, cuando tengo ataques fatalistas...bueno, la necesito en todo momento de tu ausencia para darme aliento.
Recorrimos lugares impensados por nuestra imaginación. Cerros de presencia magnífica, viñas eternas, senderos ocultos, un valle escondido en otro. Los sonidos silenciosos limpiaron mis oídos, el viento cálido y frío fortaleció a mi cuerpo, el sol cubrió con sus rayos a mis huesos escarchados, el agua se llevó a mis pensamientos río abajo, tú perduraste a mi lado evolucionando equitativamente conmigo.
Quisiera guardarte con esa imagen a contraluz, con cada detalle perfectamente creado, cada curva de tu ser dibujada con precisión, casi un retrato exacto de mis sueños, una obra de mi ideal de amor personificada en ti, en tus cabellos, en tu sangre, en tus pieles y tus esencias.
Cualquiera diría que he perdido el control, que mi mente está insana, que estoy perdida en ti, pero nadie sabrá ni entenderá jamás la suerte que tuvimos al conectarnos y entendernos con un dialecto único y secreto. Nadie sabrá jamás el sentimiento que expelen mis poros, un deseo y cercanía que no puedo ni quiero detener. Eres gran parte de mi vibración y eso nunca podré ocultarlo.
lunes, 4 de mayo de 2015
Unificados.
El camino se abre ante nosotros como flores en plena primavera. El paisaje llena de éxtasis a nuestros ojos con colores de mineral inmenso y verdes mantos sobre él
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Los árboles se agrupan formando un túnel de sombra con una secuencia de imágenes, podría ser un momento perfecto con música de fondo para grabar en nuestras memorias.
Cada rayo de luz se camufla entre las siluetas de los cerros, entre nuestros cuerpos unidos, entre nuestros pasos inseguros sobre un camino rocoso y débil; me aferro fuertemente a ti, no me gustaría que cayeras por ese inmenso precipicio solo.
Sentados sobre una piedra milenaria llena de huellas con evidencia de vida, llena de pasos pausados sobre un sendero recorrido rutinariamente por infinidad de seres. Las aguas mojan a las piedras, transportan a los peces y mueven con tranquilidad fría a las cañas que las bordean. Hablamos, comentamos sobre lo hermoso que observamos, filosofamos acerca de nuestras condiciones, te confesé mis opiniones y dolores más profundos relacionados con mi entorno más cercano. Cuidaste de mí como tu tesoro más preciado, sé que comprendes mi situación, sé que no me dejaras marchitarme en momentos de desilusión, en momentos de injusticia, en los momentos que olviden mi presencia y deje de ser capullo dentro del lecho para convertirme en un pájaro pequeño que debe aprender a volar por necesidad; sé que acompañarás mis pasos.
Te protejo del sol para nutrirme con tu calor corporal. El cielo está de un color impactante y sublime, ese color intenso lleno de vida. Olvidamos toda preocupación y responsabilidad para fundirnos en el aire de cordillera, en la tierra poderosa y brillante, en los imponentes cactus con sus espinas al sol, en los fugaces pájaros viajeros, en nuestras pasiones sincronizadas entre sí,seguras.
Unimos paisaje, amor, almas, energías, pieles, labios, miradas, aire, lugares ocultos, inmensidad del cosmos para complementarnos con el pulsar universal de todo lo que somos y lo que nos rodea.
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Los árboles se agrupan formando un túnel de sombra con una secuencia de imágenes, podría ser un momento perfecto con música de fondo para grabar en nuestras memorias.
Cada rayo de luz se camufla entre las siluetas de los cerros, entre nuestros cuerpos unidos, entre nuestros pasos inseguros sobre un camino rocoso y débil; me aferro fuertemente a ti, no me gustaría que cayeras por ese inmenso precipicio solo.
Sentados sobre una piedra milenaria llena de huellas con evidencia de vida, llena de pasos pausados sobre un sendero recorrido rutinariamente por infinidad de seres. Las aguas mojan a las piedras, transportan a los peces y mueven con tranquilidad fría a las cañas que las bordean. Hablamos, comentamos sobre lo hermoso que observamos, filosofamos acerca de nuestras condiciones, te confesé mis opiniones y dolores más profundos relacionados con mi entorno más cercano. Cuidaste de mí como tu tesoro más preciado, sé que comprendes mi situación, sé que no me dejaras marchitarme en momentos de desilusión, en momentos de injusticia, en los momentos que olviden mi presencia y deje de ser capullo dentro del lecho para convertirme en un pájaro pequeño que debe aprender a volar por necesidad; sé que acompañarás mis pasos.
Te protejo del sol para nutrirme con tu calor corporal. El cielo está de un color impactante y sublime, ese color intenso lleno de vida. Olvidamos toda preocupación y responsabilidad para fundirnos en el aire de cordillera, en la tierra poderosa y brillante, en los imponentes cactus con sus espinas al sol, en los fugaces pájaros viajeros, en nuestras pasiones sincronizadas entre sí,seguras.
Unimos paisaje, amor, almas, energías, pieles, labios, miradas, aire, lugares ocultos, inmensidad del cosmos para complementarnos con el pulsar universal de todo lo que somos y lo que nos rodea.
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