lunes, 4 de mayo de 2015

Domingo de liberación

El compartir segundos, minutos, horas, días, meses y estoy segura que años me conquista con emociones múltiples. No podría explicarme por qué nos miramos de esa forma, con ese brillo que estoy segura que reconoces perfectamente. No sabría cómo decirte ni menos explicarte la forma en la que estremeces mis sentidos, mi sentir, mi saber, mi conocer, mi interior solo conocido por ti con detalle.
Cada vez que miro tu cuerpo y tu alma trato de grabarme en la memoria física y mental cada parte, cada olor, cada sensación al tacto con precisión. Intento no perderme ni olvidar nada, necesito a esa imagen fantasmal en mi cama al momento de dormir y despertar, cuando siento frío o demasiado calor, cuando me aíslo en mis pensamientos y fantasías, cuando me invaden memorias y recuerdos, cuando me lamento temporalmente de mi situación, cuando tengo ataques fatalistas...bueno, la necesito en todo momento de tu ausencia para darme aliento.
Recorrimos lugares impensados por nuestra imaginación. Cerros de presencia magnífica, viñas eternas, senderos ocultos, un valle escondido en otro. Los sonidos silenciosos limpiaron mis oídos, el viento cálido y frío fortaleció a mi cuerpo, el sol cubrió con sus rayos a mis huesos escarchados, el agua se llevó a mis pensamientos río abajo, tú perduraste a mi lado evolucionando equitativamente conmigo.
Quisiera guardarte con esa imagen a contraluz, con cada detalle perfectamente creado, cada curva de tu ser dibujada con precisión, casi un retrato exacto de mis sueños, una obra de mi ideal de amor personificada en ti, en tus cabellos, en tu sangre, en tus pieles y tus esencias.
Cualquiera diría que he perdido el control, que mi mente está insana, que estoy perdida en ti, pero nadie sabrá ni entenderá jamás la suerte que tuvimos al conectarnos y entendernos con un dialecto único y secreto. Nadie sabrá jamás el sentimiento que expelen mis poros, un deseo y cercanía que no puedo ni quiero detener. Eres gran parte de mi vibración y eso nunca podré ocultarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario