domingo, 27 de mayo de 2012

Domingo.


Me despierto, estoy mareada y con un dolor de cabeza horrible. Por la ventana puedo ver que el día esta nublado, hay un viento fuerte, escucho como las hojas se arrastran por la calle, es un típico día de otoño.
Tengo vagos recuerdos de anoche, pero la pasé bien, ahora no tengo muchas ganas de hablar de eso.
Estoy deshidratada y con mucha hambre. Te apareces en mi mente, de repente, sin que yo te llame, pero me agrada, te imagino como si estuvieras frente a mí, con tus ojos que tanto me gustan, te sentía junto a mí, pero no estás, es solo mi imaginación y el dolor de cabeza que tengo, pero aún así te llamo y te digo –Julián, ven-. Con una voz desesperada.
Cierro los ojos, quiero verte mejor en mi cabeza, quiero poder imaginarte mejor, poder estar de alguna manera contigo, solo un momento, poder recordar tus ojos, tu cara. Lo logro, te siento aquí, hasta puedo sentir mi mano en tu pecho, en tu corazón, me gusta esto. Estamos en alguna parte desconocida para mí, pero siento seguridad, estoy tranquila. En un momento se torna todo a un color negro, tengo miedo, ya no te veo. Despierto en mi pieza, hay un desorden impresionante, me acabo de dar cuenta que solo estaba soñando, no estabas ahí, era solo mi imaginación.
No tengo ganas de nada, tengo un humor terrible, no quiero hablar con nadie, no quiero hacer nada, me deprimí un poco, hasta me dio pena pensar que no era real, que estaba sola, siento un vacío, pero no es por el Julián, es otra cosa, es otra persona, me tiene mal esa situación, siendo que ya paso hace mucho tiempo, debería haber sanado de eso hace rato, pero creo que no lo logro, es un asunto no concluido.
Quiero pensar un momento, quiero estar tranquila y sola. La casa está echa un desastre y eso logra amargarme mas el día, quiero salir de aquí. Ordeno un poco, está situación me desanima mucho, tengo mucho sueño, no quiero hacer nada.
Me vestí, me puse la ropa que encontré a mano, le dije a mi mamá que iba a dar una vuelta en bicicleta, le dije que quería despejarme. Pesqué la bicicleta y salí de mi casa, creo que no volveré pronto, en este momento mi casa es el último lugar en donde me gustaría estar.
Siento el viento en mi cara, me gusta como peina mi pelo, hace frío pero estoy adormecida, no me siento en mi, no siento que está sea la vida real, creo que es un sueño eterno, del cual alguna vez despertaré. Espero que no sea pronto, quiero seguir soñando por un largo rato.
Llegué a mi destino, estoy en mi lugar de tranquilidad. Es un puente, por donde pasa el río por debajo, no hay lugar que me relaje más que ese, me hace sentir un bienestar general, escuchando música, se convierte en un escenario perfecto. El atardecer está hermoso, los últimos rayos del sol pasan por entremedio de las nubes, eso hace que el cielo se vuelva de un color naranjo intenso, me gusta mucho esto, logro olvidarme de todo, estoy bien, feliz. Me quedaría aquí para siempre.

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