…Me siento pésimo. Te llamo y espero. No contestas. Hago lo
mismo un par de veces más, pero nada, tu voz no me habla. Cuando más te
necesito no contestas tu puto celular…
Salgo y camino un poco. Me doy cuenta que cada persona está
en su mundo. Todos hablando por celular o quizás metidos en que cosa usando Internet.
Cortando todo tipo de relación o cualquier contacto visual. La frialdad se
convierte en un hábito humano. Lo más probable es que pase alguien a mi lado y
me choque o termine empujándome, sin ninguna disculpa. Así de simple, a la gente no
le interesan esas cosas. Van fijos a su destino. “No viven la vida. Dejan que
esta les pase por el lado, mientas están ocupados buscando su destino, su meta,
su ambición”.
No dejo de pensar en esa frase.
La verdad, solo quiero hablar contigo. Te llamo y nuevamente
suena el timbre de “sin respuesta”. Tú estás sin respuesta alguna, tiene razón…
Este es mi lugar. Entro a un salón que tiene en el un piano
de cola. Me siento y empiezo a tocar. Lo único que quería era esto, era
olvidarme de todo por un segundo.
Gente a mi lado habla por celular o manda mensajes sin parar.
Metidos en su mundo ficticio, frío. Supongo que ellos ya están “Lobotomizados”.
Yo todavía tengo un poco de razón en mi pensar, aun no estoy incluida en el
sistema por completo. Tengo minutos más de vida.
Me voy, vuelvo al mundo. Gente robot caminando en todas direcciones
¡En cualquier momento me atacan! No puede existir un ser tan distinto al molde
de “lo que es correcto” y de “como debe ser una persona para ser aceptada”. Percibo
eso en su mirada, con desprecio. Así se debe tratar al que no es igual que tú,
solo desprecialo. Eso dice el sistema.
El ruido se convierte en contaminación acústica. No puedo
evitar escuchar a los que pasan por mi lado, hablando de sus problemas económicos,
de que se te olvidó pagar las cuentas, de que se vienen las elecciones, ¿por
quién vas a votar?... Como si me interesara. Son todos la misma mierda, solo
que con distinto discurso. A eso se le suma el hecho de que está lleno de carteles
con propagandas políticas. No soporto verle la cara a estos hueónes todos los días,
termina saturando. Contaminación visual.
Exceso de autos y también de sonido… Si por cada 10 autos 8
tocan la bocina más de 3 veces seguidas. ¡Imagínense!
Entro al Ripley y subo al tercer piso. Me compro un café y
me lo tomo en una mesa, la primera que se desocupa. Me siento y leo. Pasan 15
minutos, me doy cuenta de que este no es un buen lugar para estar. Es un asco.
Afuera, con un poco mas de aire, saco un cigarro y me lo
fumo mientras camino. Ya sentada en una banca, sigo con mi lectura unos 15
minutos +.
Levanto la vista y para mi agrado vienen un par de tipos acercándose,
algo van a pedir. ¿Encendedor?, no, no tengo, sorry. Mentí. No molesten.
Pienso en llamarte la última vez, pero no lo hago, hay algo
que me retiene… Si solo te aparecieras. Tendrías tiempo, que es lo que
necesitabas según tú. Yo puedo dártelo, pero tú aprovéchalo.
Se hace de noche, tengo que volver a mi casa. No queda tan
lejos así que camino. Podría imaginar que la cuidad muere en la noche, pero al
contrario. Es cuando más vive.
No hay comentarios:
Publicar un comentario