miércoles, 30 de enero de 2013

De mi alma hacia la tuya, directamente


Me siento y leo tus palabras, de principio a fin, de fin a principio. Quizás traté de aprenderme todo, con eso lograría conocerte más,.. no, miento, conocer tu difusa y confusa mente. No la entenderé, sólo me pasearé por los laberintos sin fin. Tranquilo, no pretendo descifrarte. Según tú, nadie puede y tampoco pretendes que lo hagan.
Supuse que te encontraría por ahí, pero no. Estás muy perdido y yo no logro encontrarte. Te alejas y nada puedo hacer. Te alejas, pero siempre vuelves al agujero que tengo para ti, al lecho que preparé para los dos. No hay prejuicios, tampoco indiferencia. Sólo amor, del bueno. El único que puedo darte, el más sincero y profundo sentimiento. Nunca ha sido así para nadie, esto no es común y lo sabes.
Escuchar las canciones que me recuerdan a ti me devuelven al cielo con luz o con nubes en el que nos encontrábamos siempre. En esas caminatas eternas, que de eternas no tenían nada, siempre acababan con tu cara detrás del vidrio del cualquier bus que me llevaba de vuelta a mi casa.
Siempre quise perderme contigo, siempre quise ir a buscarte, aunque tú no lo hicieras por mí. Me acuerdo de un momento muy particular. Tocaste mi mano y levemente, sin ninguna intención pasaste tus dedos por mi brazo. No voy a olvidar la sensación que eso me generó, la cual tú también notaste.
Una lluvia de momentos me inunda la mente. Me hundo en un mar de ti. Cada cigarro ha sido especial, créeme. Los tengo casi contados o archivados por ahí, en mi memoria. Cada beso con un poco de humo en la boca, cada ceniza que boté sobre ti sin querer, cada cigarro que te debo, cada cigarro que me debes. El cigarro del primer beso también lo recuerdo. Moriríamos juntos. Todos los que me fumé con tu compañía psicológica, con sabor a ti; es inevitable.
Siempre tengo ansias de verte. Corrí tantas calles para encontrarte en mi camino lo antes posible; un apuro que me impongo yo misma. Esa vez a las siete de la mañana o también a medio día, más o menos.
Todas las letras y palabras dedicadas a ti, tampoco intencionales. Lo peor es sentir que me faltas, es una impotencia general, como una adrenalina estúpida. Sabes que te di parte de mí, toda mi esencia. Nada fingido, nunca. He sido real.
Es cómodo recordar, vivo de mis recuerdos. Sentarse en una plaza y recordar. Viajar en el tiempo, el tiempo irreal, tras el reloj. Las calles que he caminado contigo son el mejor lugar para poner la memoria en una mesa y revisarla detalladamente. Quizás todavía veo las pisadas, movimientos o gestos de cada lugar, tampoco puedo evitarlo. Caminar por el borde de la vereda, tu mano en la mía, una protección, una seguridad que no podría explicarte. Autos pasando a centímetros de mí, pero nada importaba, sabía que no me dejarías morir. Me percato de más cosas de las que piensas. Me atrevo a decir que me amas y puedo decir con mayor seguridad que te amo. Todo es sentimiento, nada más. No tienes por qué decir algo, te siento ahí, aquí, siempre. Sentir tu alma tan pero tan cerca de la mía, fusionándose, pero siendo siempre independientes. Tu respiración tan cerca de la mía, tu abrazo en el mío.
Te aclaro: esto no es una declaración y mucho menos una historia de amor perfecto. Tampoco es el contenido de una carta amorosa y anónima. No soy así y lo sabes. Sólo es un paso, una puerta abierta al sentimiento puro, a la esencia de lo que hemos hecho.
No hablemos de lo nublado que se ve el cielo hoy en día o de lo mal que está todo. Sé que la mayoría de las cosas parecen estar mal, pero te aseguro que en el mundo que construí para ti está todo bien. Llega cada vez que quieras, te estaré esperando. Ahí el cielo brilla, créeme. Amor es lo que hay, lo necesitas y te lo ofrezco. Ya me tienes. Sólo te pido que no botes el humo que te di, el pedazo de alma. Déjalo en tus pulmones, mantenme ahí.

viernes, 18 de enero de 2013

A dos años luz de mí


Necesito ser alguien más o explotaré, ¿de verdad lo necesito? Creo necesitar otras cosas o quizás no necesito nada. Tú, es lo único. Un beso sería suficiente, puede ser. Yo diría que más. Ganas insaciables, a veces, casi siempre. Manos cortadas. Me cuesta mucho recordar de qué son cada uno de los cortes. Moretones en brazos y piernas. Tampoco me acuerdo de qué son. Cada vez que la creatividad vuele no te salves. Con un poco de Rey Sol, pero hace días no veo el sol, literalmente. 120 Rohypnols. Todo va tatuado. Un poco más de altura, sábanas nuevas, distinto olor. Aun me falta algo. Cigarros; si sigues fumando te vas a morir. Algún día moriré, supongo. Humo de distintas procedencias. "Quizás porque no soy de la nobleza puedo nombrarte mi reina y princesa y darte coronas de papel de cigarrillo". Cortar papel con las manos, hacer fogatas con hojas de Biblia, caminar puentes colgantes y cada veinte segundos caer en hoyos profundos, directos al abismo, a la nada, a la corriente. Un té para dos, para ambos. Tazas sobre el mantel y un poco de miel, aunque no baste. Agua corriendo ¿quién puede ser? Preguntar o no. Dormir o quedarse divagando un rato más. Los crímenes sin resolver, vuelos. La bruma rebota siempre hacia aquí. Solo voy a volver, siempre me vas a ver ¿ves esas rosas marchitas?, me recuerdan a algo. Quiero verlas vivir, revivir. Espero un viaje, una vuelta. Quieres ver París en plena lluvia o en pleno florecimiento. Dulce, salado; un amargo, un ácido. Irme, para qué quedarse, no hay motivo. No hay cigarros, no hay amor, no hay alcohol. El tiempo no parece pasar, me voy, para qué, no tengo a nadie a quién esperar. Sí, a ti te espero, no me importa lo que diga Fito o lo que diga Silvio. Todavía te espero.

domingo, 13 de enero de 2013

Necesito.


El farol se mueve, pero sólo la luz. Lo digo pero me retracto. Mejor miro las estrellas. Ver Pléyades o constelaciones desconocidas para mí. Seguramente tú sabes más. Me hace bien meterme en mi laberinto, carrusel. Nada está aquí ni mejor ni peor, solamente mis ojos cambian de color. A una hora del día se tiñen de un ámbar violeta. Canciones masoquistas, ya empezamos de nuevo. Estar triste no es una opción para mí, por lo menos no ahora. Suena el piano y me imagino a Fito tocando. Tengo que correr, tienes que correr a toda velocidad. Invierno del ’83. No puedo evitar verte ahí, aquí, ¿dónde? Sabe amargo el licor de las cosas queridas. La necesidad de la botella vuelve. Seguramente es incorrecto, pero ¿a quién mierda le importa? No estamos para ponernos a hablar de lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, ¿qué chucha? Realmente no me importa mucho. Lo máximo, eliminar malos sentimientos por  tu boca. Jugos gástricos jugando en contra.
Ahora me frustra un poco no poder juntar una idea con otra. Mi mente es dispersa y no dejará de serlo. Lagunas mentales dicen por ahí. Paranoica Fierita Suite dicen por acá. Olor a cigarro, nicotina, alquitrán en mis manos. Bombero pirómano que ama quemar pero tan bueno que siempre apaga todo. Un tango a la vena. Tu boca que besa borra la tristeza, calma la amargura. Deberías estar aquí. Rocas, rocas y el mar. Vulnerable al cáncer, más que todos. Tranquilo, morirás cuando tengas que morir. Antes o después que yo, no es lo importante. Sólo es como Polaroid de locura ordinaria. 

Fugarte en un tabú


Poder elegir y no querer. Sólo es, sólo ser. No poder elegir. Querer salir y no necesitarlo. Necesitarlo y no poder. Poder pero no querer. Querer y poder, mezcla necesaria para hacer. Hacer y no necesitar. Terminar algo pero no querer. Ser de un lugar y de otro. Decir que sí para poder hacerlo, dime que sí y lo haremos. Poder brillar y tener que hacerlo. Si hay que acabar no lo haré y tampoco lo necesito. Poder, querer, necesitar, no poder, hacer. Completos y complementarios para una decisión ¿decisiones? Sólo hago, no filosofo mucho. Dejo que fuerzas y corrientes mayores se encarguen de llevarme. Es un don dejarse llevar, dicen por ahí.

Supón


Supones lo que yo supongo. Supongo lo que eso se supone que podría ser. Esto podría ser lo que realmente es, como también podría ser lo supuestamente correcto. Lo correcto suprime lo que lo incorrecto no; eso se supone mal. Quien pueda suponer la mezcla de lo correcto y lo incorrecto será el que yo suponga maestro. Ellos suponen quedarse solos, con cigarrillos, huecos en sus corazones y miles de gatas locas, escenarios rotos y caridades ajenas. Los televisores suponen lo que es inútil para muchos, como se supone que es útil para todos. Tu fantasma está aquí y supongo que con tu sombra bailo. Tengo nostalgia de domingos por llover, guitarras rotas y carruseles oxidados. Esas nostalgias de Heredia, Víctor. Supongo que aunque no esté de moda podemos vivir sin hacer poesía, aunque no esté de moda te dedico Pléyades y nebulosas innumerables. No te equivoques, supones prender la luz pero enciendes el sol. El sol supone calentar pero no supone la muerte y de que esta se acerca poco a poco envolviendo a los que menos suponemos. Rodríguez supone el hecho de soñar con serpientes, estas se llevan lo que suponen arrebatarle al amor. Suponemos que no pueden. Supones que puedo hacer revolución desde tu cuerpo y también supongo que puedo hacerlo. Suponen que lo haré, suponen que en soledad. Almas inertes pero coloridas suponen que viven, como nosotros suponemos el miedo en nuestros cuerpos. Los rocíos caen con amores, canciones dedicadas y limpios rostros. El alba cubre cerros y acurruca individuos. Cuerpos azules y rojos. Gotas de sangre manchan el piso y se extiende. Pastel amor, supone cariño y distintos símbolos. Supongo que divago, supongo que existo, supongo mi mente, supongo que te extraño, supongo que te amo y supongo que faltan treinta minutos para que sean las dos. Lo que más supongo es que te supuse aquí, aun lo hago.

miércoles, 9 de enero de 2013

Asesino serial.


El grado alcohólico, es uno de 35. Color amarillo, muy suave. Etiqueta roja, letras amarillas y blancas. 750 ml. Generalmente está escondido en mi closet. Una licorería dentro del placard. Pero también puede que esté al lado de mi cama, en mi mochila o quizás por encima de los muebles. Encuéntralo y asesínalo. Sácalo de mi vida por un tiempo, puedo conseguir más después. Me quita el sueño, quema mi hígado y profundiza mis ojeras, pero al mismo tiempo lo necesito. Me hace bien tanto como me hace mal. Me hace odiar tanto como querer y más. Lo quiero muerto. Puedo calmar mi ansiedad con tu boca y unos Pall Mall, no hay problema.

jueves, 3 de enero de 2013

Anónimo


No creo haberme encontrado directamente contigo, pero tu silueta apareció cerca de mi café preferido. Estoy seguro que eras tú, traté de buscarte por la tarde. Como ves, no te encontré, pero volví y volveré una y otra vez por ti. Nos vemos esta noche, pero más de cerca. Mismo café, misma hora…
No sabes cuanto me gustaría darte un nombre, encontrémonos ahora. ¿Por qué no despiertos, ¿por qué sólo en sueños?, ¿por qué no aquí? Me gusta arriba, pero hace falta un poco de realidad. No, todavía no nos alejemos, sigamos allá por un tiempo. Me gusta la idea. Luego de un café, me gustaría pasear contigo. Esta vez, yo elijo donde ir.

Anónimo.