Definitivamente mis sentidos ya explotaron.
Mis ojos tienen el ácido que tanto temí. Los veo rojos e hinchados; me duelen. Mi
oído se fue a la cresta, escucho la mitad de lo que me dicen y proceso menos
que eso. En la boca siento un amargor de palabras, me quedó el mal sabor
marcado. Todo lo que toco lo siento irreal, como si nada estuviera pasando;
ojalá nada de esto hubiera pasado. A esto se le puede agregar que me siento
como la mierda de la misma mierda y siento no haber dicho todo, pero no soy una
persona sabia, de hecho, me considero torpe, como cuando eres chico y pierdes
de vista a tu mamá.
Mis actos llevaron las peores
consecuencias. Mi corazón se siente decepcionado de mí. Él sabe a quién ama, yo
sé a quién amo, que es la misma persona. Pero mis actos provocan repulsión , me
doy un poco de asco. Acabo de entrar al cuarto oscuro que siempre soñé, en el
cuarto donde me fusilarían, en el que me torturarían. Yo misma me acabo de
disparar en medio del corazón y en la parte más sensible de mi mente. Yo misma
me torturo con las canciones, con el pasado, con todo lo escrito desde lo más
profundo de mí, lamentablemente todo me conduce a ti.
De verdad no sé si fue lo correcto dar toda
la dosis de dolor junta. Quizás ahora me odias, quizás imaginas mi cuerpo lleno
de heridas infectadas y te da gusto. Quizás te imaginas golpeando mi cabeza
contra la pared. No te culparía por ninguno de esos pensamientos, pero ve con
calma porque el karma se va a encargar de mí.
Te confieso que el último beso fue como
morir por unos segundos. Tanto dolor que ni siquiera puedes llorar. Un beso
frágil, delicado, amargo, lleno de veneno y amor eterno a la vez; de película la hueá.
Siento mi cuerpo frío, no volverá a tener
el calor de antes por mucho tiempo. La palabra “perdón” la tengo marcada en la frente, el perdón al
mundo. El mundo no es piadoso ni compasivo. El mundo es adicto al dolor, a la
masacre de almas confundidas, perdidas, podridas.
Veo como el papelillo quema. Quema desde el
corazón. Quiero que este viaje sea eterno, quiero vomitar el odio del mundo,
quiero sacarme la piel con las uñas y los ojos con sutiles cuchillos. Sólo vivo
del recuerdo, eso es lo que me suicida por dentro.
No sé que sientes ahora al pensar en mí, me
gustaría saberlo. No me gusta pensar en cómo me imaginas… sufriendo, haciéndome
daño mientras mi corazón late aun por ti. No olvides que el perdón es lo divino
y errar a veces suele ser humano. Sangro por dentro para complacerte. Quisiera no
desagradarme tanto, no verme de ésta manera. Muchos dirían que estoy exagerando
con lo que aquí está escrito, pero es explícitamente como me siento. Al que no
le agrade puede no volver a leer esto nunca más. Se me olvidó poner una nota de
peligro al principio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario