Sólo quiero que despierte, me tiene preocupado.
Ojalá que la cantidad de drogas que le di no le haya afectado tanto. Se ve
impresionantemente hermosa con ese color en los labios, un tinte morado de un
vino muy particular. Los somníferos lograron que el color se impregnara en su
delicada boca.
Despertó y me pide comida. Quizás quiere galletas
o un poco de agua. Quiero golpearla, necesito verla herida; sangrando y
sufriendo. Pero a la vez quiero que me ame, que me necesite y me comprenda,
siempre con una sonrisa en la cara, aunque sea forzada.
Realmente no soy
yo, me convertí en mi peor enemigo. Eres demasiado libre para mí, pero sé que
eso no te hace feliz. Tus alas están sucias, gastadas de tanta libertad,
expuestas a tanta inocencia y juventud; a tanto aire nuevo. Por eso mismo te
tengo aquí. Mi misión es cortar tus sucias y feas alas. No las necesitas si
estás a mi lado.
Quiero observarte
bien. Desde dónde estás no puedo admirarte en todo tu esplendor de dulce y
delicada mariposa, tan nerviosa.
No, no te muevas
así, no te hagas daño. Creo que la cuerda que puse en tus manos está muy
apretada. Veo que ya tienes un poco de sangre en las muñecas. Por favor no
llores, porque vas a contagiarme. Te necesito lúcida, a mi lado. Quiero un poco
de ayuda para ayudarme a mí mismo.
Dime tu nombre.
Ah, perdón por la cinta en la boca pero necesito silencio para pensar. Por
favor no me hagas perder la razón. Escríbelo en éste papel; aquí tienes un
lápiz.
Está muy asustada, pero ahora la deseo más que
nunca. Siento como cae líquido por desde mis ojos. Mi amor por ella es más que
sólo un simple trastorno. Trato de razonar pero mi mente sólo piensa en cómo
empezar a desvestirla.
Polly, ese es tu
nombre. Polly, Polly, Polly. Quiero
gritar su nombre. Me provoca un incendio interior saberlo. Me excita el simple
hecho de que cada parte de su cuerpo tenga su nombre impreso. Su pecho con un
olor que ya puedo imaginar. Su cuello tan sutil y pálido y su boca deseable,
adorable, morada gracias a la mezcla del frío y el vino que le di. No puedo
respirar. Necesito quitarle de su oxígeno.
Quieres más
comida, más galletas. No sé si pueda darte más. Pero lo que tú y yo sabemos
certeramente es que tengo mucha cuerda, ésta cuerda que odias y te daña. No
quisiera ahorcarte, pero si me das motivos no dudes en que lo haré. Te recalco,
así no soy yo, éste no soy yo. Estoy alterado, muy nervioso, posesionado de mi
personaje y cada tres segundos me dan impulsos, impulsos que me generan ganas
de querer tocarte, pero sólo porque te amo, Polly. He sido real, totalmente
sincero gracias a lo que siento por ti… Deja de gritar. Créeme que estamos muy
lejos de todo; créeme que estoy muy lejos de mí.
Su piel es tan suave y tersa. Sus lunares
incontables –traté de hacerlo-. Todo sería mejor si lo estuviera disfrutando o
que por último no se moviera tan bruscamente. No puedo contenerme. Tengo sed de
su cuerpo, me quema la lengua. Necesito el contacto de su alma desnuda con la
mía.
Es un crimen. Voy a tener que matarla o mantenerla
cautiva en éste lugar. Quizás hasta formemos una familia, un hogar. Ya puedo
imaginarme a nuestros hijos con los ojos de ella, café caramelo muy intenso
–aunque ahora con las pupilas muy dilatadas no me agrada tanto-.
Está tiritando en mis brazos. Puede ser que se
sienta protegida con mi presencia. Lo malo es que no deja de llorar y cada
media hora me pide más comida o agua, nunca ambas.
Ahora está acostada en el suelo. Desnuda, pero
como no puedo soportar su sufrimiento la tapo con una frazada.
Polly, por favor
deja de llorar. Te ves despreciable con los ojos tan hinchados y rojos. Cada
vez te veo más pálida. Espero que no te
estés enfermando.
Sabes, necesito
destrozarte la cara a golpes. Eres tan perfecta que me desesperas. Por culpa de
tu cuerpo frío, rígido e hipnotizante no he podido dormir en tres días. ¿Ves
mis ojos? Están cansados por tu culpa. ¿Ves estos cortes? Son causados por el
aumento de mi “trastorno”, según los doctores pero yo aseguro que son por ti.
Cada uno de estos cortes infectados y rebalsados en veneno es porque no me
amas. Mírame y escucha gritar a mi alma. Estoy cansado de mí, pero de ti nunca,
eres lo único que tengo. Después de anoche estoy completamente seguro de que
esto es para toda la vida. Pero vas a tener que acostumbrarte o dejar el
sufrimiento de lado. Te convengo, te he dado todo, ¿qué más quieres de mí?.
Me duelen los nudillos de tanto golpearla. Ahora
está frente a mí.
Ahora su boca es tosca y está hinchada. Ya no
puedo identificar sus lunares, su cuerpo está lleno de sangre. Desde aquí puedo
escuchar su respiración agitada y sus gemidos de dolor. Ya hemos hecho el amor
más de cuatro veces en un par de horas. Sigue siendo hermosa pero ahora sé que
está a mis pies. Tengo el total control de la situación.
De a poco siento como se disuelven sus asquerosas
y patéticas alas de inocencia y libertad. De a poco las marcas de las cuerdas
se le infectan progresivamente. De a poco le voy disminuyendo la cuota de agua
y de galletas –creo que es lo único que come-. Hace un rato me di cuenta de que
sus clavículas sobresalen más de lo normal y que los huesos de su cadera están
más pronunciados. Comencé a golpearla por eso. Me di cuenta de que tengo marcas
en el abdomen, obviamente por su culpa.
Cada vez que me subo encima de ella incrusta sus huesos con rabia, odiándome.
Lo hace intencional, estoy seguro que no es por mi culpa.
Polly, lo lamento
tanto. La fractura de tu brazo fue un accidente. Cuántas veces te he dicho que
poner resistencia es lo peor que puedes hacer. Tienes que ser lo más sumisa
posible. Eso sí, admito que se me paró un poco cuando sentí tu cúbito
trasladándose de lugar. Ni si quiera te imaginas cuando empezaste a gritar.
Tienes una voz hermosa, deberías ser actriz. Según yo, la actriz no es nada sin
una estupenda voz, debes hacerte notar, Polly. Hay veces que no te siento, como
si de a poco te fueras alejando con las demás mariposas.
Sí, Polly. Claro
que algún día te dejaré salir. No le causarás problemas a nadie, menos a mí.
Después de matarla mi plan es tirarla en los cerros
o algo así. Como en las películas. Pero quiero darme el placer de flagelar su
cuerpo, para luego cortar sus extremidades y guardarlas en bolsas plásticas. Ya
decidí quedarme con sus labio, lo demás puede desaparecer.
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