"Detén el tiempo en tus manos
Haz esta noche perpetua
para que nunca se vaya de mi,
para que nunca amanezca."
Me sueño sentada en una ventana dentro de un roquerío que da hacia un eterno vacío. Detrás de mí estás tú, estático, no dices nada. Abajo están mis miedos, mis dudas y mis pesadillas. Me lanzo al vacío en un ataque de impulso, pero por alguna razón mis pies no llegan al fin; a la oscuridad. Tú estás con la energía opuesta, no podría llegar a existir algún tipo de amargura en mi sueño.
20:40 pm
Terminal, ningún bus. La luz blanca y fluorescente me hace sentir un mal estar en el cuerpo, como un extra gravitatorio. ¿Por qué me baja la nostalgia cuando ya estás lejos de mi alcance temporal? ¿por qué me arrepiento de actitudes baratas e innecesarias cuando ya es tarde para revertir la situación? ¿por qué mis días tienen polaridades tan distintas respecto a mi fluir?
Tengo una sensación estancada que aparece algunos días, generalmente si son nublados. Sólo no sé qué pensar, no sé qué hacer, no sé cómo me siento y eso me aflige. Todo esto me carcome el cerebro pero tampoco quiero ser mala compañía, neutra y marchita como clavel de cementerio. Soy contagiosa con mi estado frío, te hundes vulnerable en mi delgada capa de indecisión que irradio a centímetros de mí. Quieres sacarme de ahí, de aquí, de mi propia confusión, del lado más oscuro de mi mente en el cuál no quiero caer nunca más.
Sólo son días, no es un estado permanente que marque el transcurso de mi vida como una herida infectada y oxidada. Al contrario, cuando mi mente emigra de ese manto negativo mis brazos se abren como pétalos de girasoles con los primeros rayos de luz en la mañana y siento al universo dentro de mi cama al despertar, casi como si me arropara con su inmensidad.
Esta sensación debe ocurrir porque no dormimos juntos hace unos días y ya se me acaba la carga semanal de serotonina que me das cuando despierto y me doy cuenta, como ahora, que todo lo del precipicio fue un sueño, que el terminal es un invento de mi mente en estado REM y que ahora eres lo único real-ficticio que está en mi cama, arropándome con la inmensidad de tus brazos y piernas. Me impresiona lo espacialmente especial que eres, más aun siendo mi cómplice... Porque eres y serás para mi alma una día de sol, eso eres tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario