jueves, 9 de abril de 2015

Viajes inevitables

Tu único tono de voz
acurruca mis sentidos,
camino en campos sureños
y llego hasta las pléyades
en solo unos segundos.
Una sensación inmensa
me inunda por completo,
es de colores y olores tranquilos.
Agradezco tu presencia,
imaginaria o real.
Agradezco tus llamadas
y mensajes,
tus apariciones en los sueños.
Agradezco que seas el amor
que siempre quise platónicamente.
Mantengo un viaje constante
a un lugar desconocido
en mi mente.
Cada cerro y su altura me llaman
para correr a la libertad,
me llaman con sus años
y su conocimiento.
Puedo viajar sin moverme de aquí,
puedo correr sin mover mis pies,
puedo hablar contigo
aunque no estés a mi lado
y puedo contestarte
aunque no me escuches,
estoy ahí siempre,
sentada en tus piernas,
durmiendo apegada a tu espalda,
ayudándote en tu concentración
y cuidándote cuando te encuentras
solo en la oscuridad de las calles
o en la claridad de la mañana.
Siempre estoy ahí, aquí
escuchando tus pensamientos
y sintiendo tus emociones.
Me encuentro contigo, en ti
y por ti.

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