A contraluz de vela, consultando a los agentes del sueño para entregarme alguna mínima cuota de cansancio o tranquilidad mental. Afuera la furia y magnificencia se hace presente mediante truenos y relámpagos. Su fuerza no puede ser destruida por ningún ente humano y ajeno a la naturaleza pura y presente durante toda la existencia de la vida.
Sigue cayendo la lluvia, fluye por debajo de la tierra como nutriente esencial. Inunda todo a su paso e imposibilita a cualquiera que pretenda oponerse a ella.
Estaría horas contemplando la luminosidad con intervalos que se presenta en el cielo oscuro nublado y sin luna, el escenario perfecto para tal espectáculo. Saldría sin ropa a bailar y gritar debajo de esta orquesta contemporánea e improvisada, llenando de admiración mi cuerpo y alma.
Universo poderoso, fuerza indiscutible de la naturaleza, necesidad de ser parte de ello.
Me parece imposible adentrarme en el sueño profundo o siquiera lograr ponerme en disposición para. Como quisiera hacerte participar de éste momento incandescente, hundirme en tu pecho y filosofar acerca de lo poderoso que es el cosmos y lo insignificante que somos todos nosotros.
Ahora que lo pienso, debería dormir, te extraño nuevamente y pretendo encontrarte en mi lapsus de sueños fantasiosos. Espero se sientan tan verídicos para poder suprimir esta sensación que aflora en mi pecho. La lluvia limpiará mi mente y los relámpagos estremecerán a mi alma, gracias a ellos todo estará bien para mí. Han logrado confundir mi noción temporal. Ya te acercas cada vez más y la espera se vuelve cada vez más llevadera. Hipotéticamente pienso que el tiempo dejó de existir para mí, me resulta más fácil sentir que no es real.
Buena noche y prepara tu cama para mí, me encontrarás cerca, respirando en tu nariz...
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