viernes, 19 de abril de 2013

Siete de picas.


No puedo hacerte desaparecer de aquí. No puedo evitar sentir el magnetismo al mismo tiempo que el rechazo. No puede ser distinto pero quisiera que sí. No quiero sacar tus marcas de mi piel, aunque quemen. No dejo de sentir que está todo en el aire. No sé qué está pasando ahora. No dejo de sentir el olor a jazmines. No puedo hacer nada. No puedo encontrarte, estás demasiado lejos. No dejas de tomarme en tus manos y cada ciertos momentos amenazar inconscientemente en soltarme. No quiero pensar ahora. No quiero solucionar. No quiero quedarme. No quiero que te vayas. No quiero que te ahogues. No quiero respirar la atmósfera confusa y atrapante que se genera. No quiero olvidar a Gricel. No quiero enfocar mis ojos en los tuyos porque me da miedo. No es lo mismo que antes porque quizás es mejor , peor o nada. No puedo dejar de sentir una venenosa pero inevitable envidia. No puedo ser diferente. No sé qué puedo hacer. No quiero mirar. No quiero escuchar tu respiración tan lejos. No me hagas eso. No quiero dormir sola. No te vayas. No me dejes descansando en soledad. No te veo. No estás aquí. No más. No pretendo nada. No tengo un plan. No quiero que me sigan sometiendo. No quiero rutina. No quiero sistema. No quiero represión hacia mis ideas e ideales. No es educación, sólo domesticación. No hay diferentes. No hay espacio para la libertad. No hay espacio para el vanguardista. No es vida. No están viviendo. No piensan; los perdimos. No siento mi libertad explícita. No puedo volar con las mariposas. No estás sin mí. “No quiero sentir lástima por ti. Indécision, ne savoir quel parti prendre, vous consulterez le jeu”, me dijo Gricel. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario