viernes, 12 de abril de 2013

Toma mi cabeza, mi mente, mi corazón.


Un posible pasillo largo y oscuro. Creo que voy con una sola intención pero me interviene otra. No podías aparecer en peor y mejor momento. Pasaste por al lado mío y esquivaste lo más posible mi presencia. Tomé tus manos y me sentí una patética de mierda. Quieres llevarme a no sé dónde, creo que tú tampoco sabes. Llegamos al destino indefinido y supe que querías irte, que yo me fuera o que nos tragara el viento y la niebla. Existía temor en el ambiente, por lo menos de mi parte. Lo único que quería en ese momento era escuchar un “te amo” de  tu puta boca; no salió en ningún momento esa articulación de letras. No te culpo, no te nada, sólo te extraño. Es lo único que me genera el verte. No poder amarte como supongo o como me gustaría.
Quiero una respuesta. Quiero saber si puedo seguir bajo tu leve abrazo o simplemente tengo que desplegar o crear unas nueva alas para volar lejos, pero no tanto. Eres tú el que tiene la respuesta ya que soy yo la que vuelve a unir el lazo que nos une sentimental y emocionalmente. Puedo dejar de hacerlo si así lo prefieres, pero según lo que yo siento siempre deberíamos hablar, aunque sea del silencio si es que no hay un porqué. Yo no quiero alejarme de ti, pero no puedo estar cerca sin sentir las ganas de correr a tu lado y abrazarte para nunca más alejarme de ti. De verdad no sé qué hacer, no sé qué pensar, sé que sentir pero no sé si recibo lo mismo en la otra parte de mi espejo.
Tomé tu mano y te resististe un poco pero después te fundiste en mis venas, en mi piel, en mis heridas para curarlas, en mis huesos. Sentía tu mano nuevamente en la mía. Había un silencio particular en el que no se necesitaba ninguna intervención de palabras. Traté de comunicarme a través de mi tacto. Sentí una conversación eterna y sin decir una sola palabra. Siempre pude hacer eso contigo, por lo menos así lo creo.
Nuevamente quiero o más bien necesito algún tipo de respuesta de tu parte. Dime si lees lo que escribo para ti. Si no, puedo dejar de mostrar el humo de pensamientos. Impotencia concha de su madre. Me incendio por dentro y escupo ceniza, los restos. I feel my luck could change…  Mátame Sara, mátame de nuevo con amor. Podría ser un día glorioso.  El cielo rojo y la lluvia descolorida  caen sobre mí tiñéndome el día, el ánimo y el aspecto. Un ácido, una luz; ahora. Dos luces bicolor. De verdad corre, corre, corre… para y respira. Cuida mis cosas, pero únicamente cuídame a mí y mándame mensajes vibratorios de unas posibles buenas noches y unos posibles buenos días de mi parte.

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